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Un domingo en Chaves: Paseo entre historia y tradición

14 noviembre, 2024
Chaves, noreste portugués
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Margot Tomé

Conoce de la mano de una gallega todo lo que necesitas saber sobre España y de los españoles

Despertando en Boticas: Un desayuno relajado para empezar el día

Después de una noche tranquila en Boticas, despertar en el Boticas Hotel Art & SPA con la promesa de un día relajado en Chaves fue el primer placer de la mañana. Nos dirigimos al comedor del hotel para disfrutar de un desayuno pausado, ideal para recargar energía. Los platos nos esperaban llenos de sabores frescos y reconfortantes: un revuelto de huevos con bacon en su punto, queso suave, nueces, zumo de naranja natural y, por supuesto, el café recién hecho, cuyo aroma llenaba el aire.

Boticas Hotel Art & SPA

Mientras desayunábamos, planificamos con calma el itinerario para nuestra visita a Chaves. La ciudad, a tan solo diecisiete kilómetros, se presentaba como el destino ideal para descubrir en una excursión de un solo día toda la historia de unos romanos que allí vivieron en otra época.

El pronóstico del clima anunciaba lluvias ligeras, pero con paraguas en mano y ropa cómoda, nos sentíamos listos para lo que el día nos trajera.

Primeras impresiones de Chaves bajo la lluvia

La llegada y el primer paseo por el río

Con nuestros paraguas abiertos, comenzamos el recorrido por las calles de Chaves, sintiendo cómo el leve sonido de la lluvia envolvía cada paso. La ciudad tenía un aire tranquilo; pocas personas andaban por las calles a esa hora de la mañana, lo cual le daba un carácter aún más íntimo. Nuestro paseo inicial nos llevó directamente hacia el río Támega, donde la bruma sobre el agua le daba un toque casi misterioso al paisaje.

Mientras avanzábamos, pudimos ver a varios pescadores sentados a la orilla, equipados con una variedad de cañas y artilugios que me resultaban extraños y curiosos y que más tarde identifiqué como característicos de la pesca deportiva. Nunca había tenido la oportunidad de observar la pesca deportiva tan de cerca, y me sorprendió la paciencia y dedicación de cada uno. Algunos se concentraban en sus cañas mientras otros ajustaban pequeños detalles de sus herramientas, como si cada pieza tuviera su propósito exacto.

Hicimos varias fotos, tratando de capturar el ambiente especial que la lluvia otorgaba a la ciudad. Desde allí, el río nos guió hacia nuestra primera gran parada del día: el Museo de Arte Contemporáneo de Chaves.

El Museo de Arte Contemporáneo Nadir Afonso: Expectativa y realidad

El Museo de Arte Contemporáneo de Chaves, diseñado por el reconocido arquitecto Álvaro Siza Vieira, era una de las visitas que más nos intrigaba. La arquitectura de Siza es famosa por su estilo minimalista y sus líneas puras, y esperábamos que el edificio integrara esa modernidad con el ambiente histórico de la ciudad. Sin embargo, al llegar y observar su fachada, nuestras expectativas se vieron un poco desinfladas.

Lamento llevar la contraria a tantas reseñas positivas a este edificio, pero para gustos colores.

El Museo de Arte Contemporáneo Nadir Afonso, en Chaves, diseñado por el famoso arquitecto Álvaro Siza, podría decepcionar a quienes como a mí suelen disfrutar de la arquitectura como parte esencial de sus viajes.

Desde el primer vistazo, el museo, para una persona que no ha estudiado arquitectura, puede resultar poco atractivo; los soportales en la parte inferior tienen un aspecto sombrío y poco acogedor, similar a los túneles oscuros bajo puentes en las ciudades, que frecuentemente se perciben como espacios degradados. En lugar de evocar un sentido de calma o un interés arquitectónico, estos soportales sobre tierra pueden transmitir una sensación de abandono o de un espacio descuidado, aludiendo más a una zona de paso utilitaria que a una construcción inspiradora.

En el diseño general, la estructura carece de detalles o elementos visuales que rompan la simplicidad extrema. Aunque el minimalismo y la funcionalidad son valores reconocidos en la arquitectura contemporánea, en este caso, el resultado parece haber llevado la sobriedad al extremo, dejando poco margen para el disfrute visual.

El museo tenía un aspecto algo rígido, y parecía fuera de lugar en medio de la arquitectura tradicional que caracteriza a Chaves. No obstante, decidimos darle una oportunidad y entramos a explorar las exposiciones. Pudimos disfrutar de la exposición dedicada al artista portugués Fernando Lanhas, titulada «El hombre es un fenómeno magistral».

Nada malo tengo que decir de Nadir Afonso, un pintor portugués cuya obra descubrí en este viaje y que logró fascinarme profundamente. Su visión única y el uso del color y la geometría en cada una de sus piezas me hicieron conectar de inmediato con su estilo. Afonso captura una esencia casi mágica de las ciudades y de la vida urbana, equilibrando precisión y emoción en cada línea y detalle. Fue una experiencia reveladora, que añadió una dimensión artística inesperada y maravillosa a mi visita.

Al salir, nos encontramos de nuevo en las calles lluviosas, casi aliviados por haber dejado el edificio.


Descubriendo los tesoros históricos de Chaves

El puente romano de Trajano: Un salto al pasado

Nuestro paseo continuó río arriba hasta llegar a uno de los símbolos históricos de Chaves: el imponente puente romano, construido en el siglo I durante el reinado del emperador Trajano. Ver una estructura tan antigua y bien conservada fue una experiencia sobrecogedora. Este puente ha soportado siglos de historia y miles de pisadas, manteniéndose firme a lo largo del tiempo. La lluvia le daba un toque aún más majestuoso, resaltando la textura de sus piedras, pulidas por el paso de los años.

Al cruzarlo, no pude evitar imaginar la vida de las personas que lo habrán atravesado siglos atrás, las mercancías, las historias y los secretos que ese puente guarda. Nos detuvimos en varias ocasiones para tomar fotografías y captar esos detalles que nos parecían casi mágicos. Desde allí, la vista del río y de la ciudad es simplemente espectacular, y el contraste entre la naturaleza y la arquitectura romana es un recordatorio de la importancia de preservar estos tesoros del pasado.

Poldras de Chaves

En Chaves, las conocidas «Poldras» son una serie de piedras grandes colocadas en el río Támega que permiten cruzarlo sin necesidad de un puente. Estas piedras, dispuestas en fila, están asentadas de forma que sobresalen justo sobre el agua, creando un paso pintoresco y único. Las poldras han sido utilizadas tradicionalmente en esta región como una solución natural para atravesar ríos en ausencia de estructuras más formales y, con el tiempo, se han convertido en un símbolo del patrimonio local.

Chaves pedruscos

Al caminar sobre las poldras, te ves obligado a mantener un buen equilibrio, lo que convierte el cruce en una experiencia algo aventurera. Esta disposición también ofrece una perspectiva más íntima del río y su entorno natural, permitiendo a los visitantes sentir el agua fluir cerca y observar de cerca la flora y fauna que rodean el Támega. Aunque pueden parecer una solución rudimentaria, las poldras de Chaves reflejan la creatividad práctica y sostenible de épocas pasadas, cuando la simplicidad y el ingenio definían el uso del entorno.

 

Buscando un lugar para comer en una ciudad adormecida

Después de nuestra caminata por el puente y sus alrededores, el hambre comenzaba a hacerse sentir. Decidimos buscar un restaurante para probar la gastronomía local, aunque era consciente de que, siendo domingo, podríamos encontrarnos con muchos lugares cerrados. Intentamos acercarnos al Museo del Bacalao, pero como era de esperar, estaba cerrado. Optamos por explorar las calles cercanas en busca de alguna opción alternativa.

Finalmente, encontramos un pequeño restaurante cerca del castillo de Chaves, Grelha Réal, un lugar acogedor y sin pretensiones. El ambiente era cálido, y nos recibieron con una sonrisa. La carta ofrecía una variedad de platos típicos portugueses, y decidimos pedir un par de especialidades de la región. La comida fue deliciosa, y la cuenta, sorprendentemente accesible: 32 € para dos personas. Fue una parada revitalizante y nos preparó para seguir recorriendo la ciudad.


Tarde de exploración y descubrimientos

Las calles de Chaves: Un paseo entre la tradición y la renovación

Cuando terminamos de comer, la lluvia había cesado, esto nos animó a continuar nuestro paseo, explorando las calles de Chaves con una nueva energía.

Justo al lado del restaurante donde disfrutamos nuestra comida, se encuentra el famoso castillo de Chaves, una estructura histórica cuya imponente torre es su elemento más destacado y se mantiene en excelente estado de conservación. Rodeando la torre, el castillo presume de un precioso jardín, impecablemente cuidado y lleno de vistosas flores que dan vida y color al entorno. Este espacio es perfecto para pasear después de una comida típica, ya que el ambiente histórico se combina con la serenidad del jardín, ofreciendo un rincón especial que merece la pena descubrir.

La ciudad tiene un encanto especial, con sus casas antiguas de piedra y sus calles angostas. Nos llamó la atención la ausencia de edificios altos, lo cual le da a Chaves un aire tradicional que parece atrapado en el tiempo.

Aunque algunas casas estaban claramente en ruinas, observamos que otras muchas estaban siendo renovadas, integrando toques modernos sin perder el carácter histórico. Nos cruzamos con el Ibis Style, un hotel moderno que parecía muy bien integrado en el entorno y recordaba al hotel de los clicks de Playmobil. La mezcla de lo antiguo y lo nuevo es algo que define a Chaves y le da una identidad única.

Las termas romanas: Un viaje al mundo antiguo

Nuestra última parada del día fue en las termas romanas, un lugar que habíamos dejado intencionadamente para el final. Había oído hablar de estas aguas termales y su importancia en la época romana, pero no imaginaba la riqueza histórica que encontraríamos allí. Las termas están abiertas al público de forma gratuita, y ofrecen una experiencia casi educativa sobre la cultura romana en Portugal y la buena labor arqueológica durante años.

Al llegar, nos encontramos con paneles informativos que explicaban la historia de las excavaciones y la importancia de este sitio en el pasado. Nos detuvimos a leer y a imaginar cómo habría sido la vida en ese lugar hace más de mil años. El hecho de que estas termas se hayan conservado y que puedan visitarse gratuitamente es una muestra de la dedicación de Chaves por preservar su patrimonio.


Reflexiones finales sobre un día en Chaves

La visita a Chaves nos permitió desconectar de la rutina y sumergirnos en un ambiente diferente, cargado de historia, tradición y belleza natural. La lluvia, que en un principio podría haber parecido un obstáculo, terminó siendo un elemento que aportó encanto y autenticidad al recorrido. Desde el imponente puente romano hasta las acogedoras calles de piedra, cada rincón de la ciudad nos ofreció una pequeña aventura, y me sentí afortunada de poder compartirla con mi pareja.

Este tipo de escapadas, que combinan cultura, gastronomía y tranquilidad, son un recordatorio de la riqueza que cada rincón del mundo tiene para ofrecer, incluso en los lugares menos conocidos. Chaves me dejó con ganas de regresar algún día, tal vez bajo un cielo despejado, para descubrir los lugares que, esta vez, quedaron sin visitar.

Ciudad romana Chaves

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