Podcast: Reproducir en una nueva ventana | Descargar
Somos una familia de seis personas: mi marido y yo, nuestros tres hijos de 18, 21 y 23 años, y el novio de nuestra hija mayor. Vivimos en A Coruña, salvo mi hija mayor, que reside en Madrid. Aprovechando unos días de vacaciones, decidimos organizar una escapada juntos. Aunque viajamos en dos coches, una vez en destino nos movimos todos en nuestra espaciosa y cómoda Toyota Proace de 8 plazas, perfecta para ir todos juntos, aunque un poco grande a veces para aparcar.
Portugal es un país que nos encanta. Ya hemos estado otras veces en distintas zonas y siempre volvemos con buenos recuerdos. En esta ocasión, nuestro objetivo principal era estar juntos y disfrutar en familia. Además, jugar a favor con el cambio horario (una hora menos en Portugal) nos daba la sensación de que el día se alargaba un poco más, lo cual aprovechamos al máximo.
Hoy os hablaré de algunas ciudades y ubicaciones en Portugal:
Lisboa: Se menciona información específica sobre aparcar los sábados en Lisboa, la calle final del Elevador de Santa Justa, un conocido punto de interés turístico. También se incluye una comparativa entre Madrid y Lisboa. Además, se mencionan dos importantes estructuras ubicadas en Lisboa o sus cercanías: la Torre de Belém, un hito histórico, y la construcción del puente Vasco da Gama , una infraestructura clave.
Obidos, conocido por su fortaleza y su encanto turístico.
Nazaré: conocida por sus olas gigantes y su tradición pesquera.
Hablo de la comida portuguesa. La gastronomía es un aspecto importante de la cultura y experiencia en las ciudades portuguesas.
En resumen, proporciono «pinceladas» específicas sobre Lisboa …, Peniche , Nazaré y la zona abordando temas como el aparcamiento en Lisboa, puntos de interés …, infraestructuras, actividades económicas, turismo , gastronomía …, idioma … y planificación de viajes …., que pueden resultar interesantes para alguien que decida visitar esta zona.

Día 1: Llegada y primera cena en familia
Salimos en dos coches desde A Coruña y desde Madrid y llegamos a nuestro alojamiento a última hora de la tarde. Elegimos un apartamento amplio y cómodo, con piscina, jacuzzi y gimnasio. Tras instalarnos y repartir habitaciones, hicimos una cena en familia, charlamos y planeamos el día siguiente.
Comida en el pueblo


Las recetas portuguesas suelen ser bastante caseras y con comida saludable.
La tradición del bacalao en Portugal
El bacalao en la tradición portuguesa es mucho más que un alimento: es un símbolo nacional, un elemento central de la cocina lusa y una presencia casi obligatoria en las grandes celebraciones, como la Navidad. En Portugal se dice que hay más de 365 recetas de bacalao, una para cada día del año —aunque probablemente sean muchas más—. Lo llaman “o fiel amigo”, el amigo fiel, y no es para menos.
Portugal no es un país productor de bacalao, pero ha sido, históricamente, uno de los mayores consumidores del mundo. Desde los siglos XV y XVI, los navegantes portugueses faenaban en las frías aguas del Atlántico Norte, especialmente en Terranova y Noruega, donde capturaban bacalao del Atlántico (Gadus morhua), lo salaban a bordo y lo transportaban de vuelta a casa.
La técnica de salar el bacalao permitía su conservación durante meses, algo fundamental antes de la existencia de refrigeración. Así fue como se convirtió en parte esencial de la despensa portuguesa. A lo largo del tiempo, surgió una cultura muy rica en torno a su preparación, consumo y clasificación.
Clasificación del bacalao según el tipo de corte y la calidad
El bacalao se comercializa principalmente salado y seco, y se clasifica según:
1. La parte del pez (el corte):
El bacalao se parte en distintas secciones, cada una con características propias de textura y sabor:
- Lombo: es el centro del bacalao, el trozo más grueso y apreciado. Tiene mucha carne y pocas espinas. Ideal para platos en los que el bacalao se presenta como protagonista, por ejemplo, bacalhau à lagareiro (con patatas y aceite de oliva).
- Posta: es también un corte noble, pero algo menos grueso que el lombo. Muy común en guisos o al horno.
- Abas: son los laterales del bacalao, más finos y con más espinas. Se suelen usar en recetas donde se desmenuza, como croquetas o bacalhau à Brás (desmigado con huevo, patatas paja y cebolla).
- Rabo y tripas: partes menos nobles, pero que también se aprovechan. Las tripas del bacalao (la vejiga natatoria) se cocinan en platos regionales como iscas de bacalhau.
2. La calidad del salado y curado
La calidad del bacalao también depende mucho de cómo ha sido salado, curado y secado:
- Secado tradicional al aire: el más apreciado. Se seca en ambiente natural, lo que le da una textura tersa y un sabor profundo. Se nota en el color blanquecino-amarillento y el aroma.
- Secado industrial: más rápido y frecuente hoy en día. Aunque es práctico, puede afectar al sabor y textura. Se distingue por un color más uniforme y, a veces, un olor más neutro.
- Curado prolongado: cuanto más tiempo de curación (salado y secado lento), mejor textura y concentración de sabor. Un buen bacalao se rehidrata sin deshacerse y mantiene su estructura.
Detalles a tener en cuenta al comprar bacalao
- Origen: el bacalao de Islandia, Noruega o las Islas Feroe suele ser de alta calidad.
- Espesor: los lomos más gruesos son mejores para presentaciones al horno o a la plancha.
- Color: blanco marfil, sin manchas oscuras ni amarillentas excesivas.
- Olor: a mar y sal, nunca rancio o agrio.
- Hidratación: un bacalao bien curado se hidrata de forma uniforme, sin agrietarse ni romperse.
Algunas recetas tradicionales portuguesas
- Bacalhau com natas: con nata y patata, gratinado.
- Bacalhau à Gomes de Sá: desmigado con cebolla, patatas y huevo cocido.
- Bacalhau à lagareiro: al horno con mucho aceite de oliva y ajos.
- Bacalhau espiritual: mezcla cremosa con zanahoria y bechamel.
Me encanta el bacalao, de casi todas las maneras en las que lo cocinan en Portugal y me compré este libro para poder cocinar en mi casa alguna de ellas.

¿Cómo se dicen los días de la semana en portugués?
En portugués, los días de la semana (excepto sábado y domingo) se nombran con números seguidos de la palabra «feira», que viene del latín y significa algo así como “día laboral” o “día de mercado”. Así:
- Segunda-feira: lunes
- Terça-feira: martes
- Quarta-feira: miércoles
- Quinta-feira: jueves
- Sexta-feira: viernes
Y como ya sabes:
- Sábado: sábado
- Domingo: domingo
Día 2: Óbidos, turismo, buena comida y relax

Desayunamos con calma en el apartamento antes de salir a conocer Óbidos, un pueblo medieval totalmente turístico, pero que vale la pena visitar. Se trata de una fortaleza encantadora, con calles empedradas y tiendas muy cuidadas. Como llegamos a mediodía, lo primero que hicimos fue buscar el restaurante que teníamos programado y reservado: el Restaurante Alcaide, ubicado en una primera planta. Conviene llamar por teléfono porque las reservas online no siempre funcionan bien.
Allí comimos en el Restaurante Alcaide, bacalao a la Alcaide (unos 15-18 €) y cordero. Todo estaba muy rico, con productos de mucha calidad. Aunque no fue barato, la relación calidad-precio era buena.


Después de comer paseamos por el pueblo, y como es típico, probamos el licor de mora (Ginjinha) en tazas de chocolate, en uno de los bares más emblemáticos del centro, decorado con objetos antiguos y con mucho encanto.




Antes de cenar, decidimos acercarnos a la Laguna de Óbidos, que estaba más lejos de lo que pensábamos. Esta laguna, en la costa oeste de Portugal, es famosa por sus deportes acuáticos como el kitesurf y windsurf gracias a sus vientos constantes y aguas tranquilas. A pesar de los chubascos, había muchos practicantes en el agua. Al bajar del coche nos sorprendió un gran chaparrón que nos impidió pasear, pero a cambio nos regaló un arcoíris completo que fue un auténtico espectáculo.

Volvimos al apartamento. Algunos fuimos al gimnasio, otros al jacuzzi y después un baño en la piscina, que estaba tan limpia y bonita que apetecía a pesar del tiempo. Cerramos el día con otra cena familiar, charla relajada y a dormir.
Deportes que puedes hacer en la laguna de Obidos
En la Laguna de Óbidos, en la costa oeste de Portugal, se practican varios deportes acuáticos, siendo los más destacados:
- Kitesurf y windsurf: gracias a los vientos constantes y aguas tranquilas de la laguna.
- Stand Up Paddle (SUP): ideal por la calma de las aguas, muy popular entre principiantes y familias.
- Kayak y canoa: una forma tranquila de explorar toda la extensión de la laguna y su entorno natural.
- Vela ligera: especialmente para niños o principiantes que aprenden en clubes náuticos locales.
- Pesca deportiva y recreativa: tanto desde la orilla como en embarcaciones.
- Natación: sobre todo en las zonas más alejadas de la desembocadura al mar.
Día 3: Lisboa, mercadillo, comida tradicional y paseo por Belém
Salimos un poco más temprano hacia Lisboa. Aparcamos en el centro y, como era fin de semana, no pagamos aparcamiento, algo que se agradece.
en Lisboa el estacionamiento regulado funciona los sábados, pero el horario y la obligatoriedad de pago dependen de la zona específica.
Horarios para aparcar por zonas el sábado
Lisboa cuenta con diferentes zonas de estacionamiento regulado, cada una con su propio horario:
- Zona verde y amarilla: Generalmente, el estacionamiento es gratuito los sábados, domingos y festivos.
- Zona roja y marrón: El estacionamiento es de pago los sábados de 9:00 a 13:00 horas.
Es importante destacar que estos horarios pueden variar según la ubicación exacta, por lo que siempre es recomendable verificar la señalización en el lugar donde se estaciona.
- Henriques, Sandra
- Taborda, Joana
- Sequera Martínez, Olga

Precio de un TUKTUK en Lisboa
En algún momento del paseo empezó a llover y preguntamos cuánto costaría llegar a la Feria de Ladra, y el chofer nos dijo que 5 euros persona, andando serían 20 minutos, así que como eramos 6, 30 euros nos parecia bastante importe para tan corto trayecto y nos fuimos andando con paraguas que llevabamos de casa.
Feria de Ladra
Fuimos a la famosa Feira da Ladra, en el Campo de Santa Clara, cerca del Panteón Nacional, en el barrio de Alfama. Este mercadillo abre martes y sábados de 9 a 18 h y está lleno de objetos de segunda mano, ropa vintage, vinilos, artesanía, libros y antigüedades. Sin embargo, nos decepcionó un poco: está en cuesta, muy concurrido, los precios no eran especialmente baratos y esperábamos encontrar más productos nuevos. Las ferias del norte de Portugal nos parecen más interesantes.
Al empezar a llover, nos refugiamos un rato en el mercado cubierto. Cuando amainó, buscamos un restaurante para comer algo tradicional: cordero y arroz caldoso de marisco. Tuvimos que esperar fuera, pero nos atendieron con agilidad y comimos comida rica y abundante a buen precio. La sorpresa vino al final: no aceptaban tarjeta, y tuvimos que salir en busca de un cajero, que además nos cobró 7 € de comisión. Aunque el trato fue bueno, no dejamos propina porque nos pareció inaceptable que no se informase previamente.

Después, paseamos por la zona del famoso ascensor de Santa Justa, visitamos algunas tiendas y seguimos hasta la zona de Belém.
Elevador de Santa Justa
El Elevador de Santa Justa, también conocido como Elevador do Carmo, conecta la Rua de Santa Justa, en el barrio de Baixa, con el Largo do Carmo, en el barrio de Chiado . Por lo tanto, la parte superior del elevador desemboca en el Largo do Carmo, una plaza emblemática que alberga las ruinas del Convento do Carmo y el Museu Arqueológico do Carmo .

Esta conexión vertical entre la Baixa y el Chiado no solo facilita el acceso entre ambos barrios, sino que también ofrece una de las vistas más encantadoras de Lisboa desde su plataforma superior .
El Elevador de Santa Justa, en Lisboa, fue construido por Raoul Mesnier du Ponsard, un ingeniero portugués de origen francés, discípulo y admirador del propio Gustave Eiffel.
Aunque muchas veces se dice que Eiffel lo construyó (quizás por su estilo claramente influenciado por la arquitectura metálica de la Torre Eiffel), en realidad fue Mesnier du Ponsard quien lo diseñó y dirigió su construcción. El elevador fue inaugurado en 1902 y su estructura de hierro forjado con detalles neogóticos lo convirtió en un icono de Lisboa.
Sirve para conectar la Baixa Pombalina con el Barrio Alto, salvando un desnivel de casi 45 metros. Y sí, es tan bonito como práctico.
Torre de Belém
Conseguimos aparcar gracias a unos «gorrillas» a los que dejamos una propina. La visita a la Torre de Belém nos encantó: su localización, el puente Vasco da Gama al fondo, el pequeño arenal… un escenario muy bonito. Tras tanto caminar, volvimos agotados al apartamento, donde cenamos con lo que nos quedaba y nos preparamos para el último día.
Puente de Vasco de Gama
El Puente Vasco da Gama fue construido entre 1995 y 1998. Se inauguró oficialmente el 29 de marzo de 1998, coincidiendo con la Expo ’98 que se celebró en Lisboa, Portugal, y conmemorando el 500 aniversario del descubrimiento de la ruta marítima a la India por el navegante Vasco da Gama.
Este puente cruza el río Tajo y, con sus más de 12 kilómetros de longitud, es uno de los más largos de Europa. Se construyó para descongestionar el Puente 25 de Abril y mejorar el acceso al sur de Portugal desde Lisboa.
Padrão dos Descobrimentos o Monumento a los Descubrimientos
Como estábamos en la zona, aprovechamos para ver una impresionante escultura en forma de carabela estilizada que se encuentra en la ribera del río Tajo, en la zona de Belém, justo después de cruzar desde el centro de Lisboa por el puente 25 de Abril, en dirección oeste.
Este monumento fue construido en 1960 para conmemorar los 500 años de la muerte del infante Don Henrique el Navegante, una de las figuras clave en la Era de los Descubrimientos. Representa una proa de barco, y sobre ella se alzan las figuras de navegantes, cartógrafos, misioneros y otros protagonistas del periodo, con Enrique el Navegante al frente.
Es un lugar simbólico y muy fotogénico, con el Monasterio de los Jerónimos y la Torre de Belém muy cerca. Además, justo frente al monumento está la rosa de los vientos de mármol en el suelo, un regalo de Sudáfrica, que muestra las rutas de los descubrimientos portugueses.

La Torre de Belém nos ha dejado sin palabras.
Un símbolo majestuoso de Lisboa que guarda siglos de historia y que hoy ha sido el broche final a un viaje precioso.
Viajar con tres hijos mayores es fácil… ¡pero sobre todo es siempre inolvidable!
Portugal nos ha acogido con su luz, su comida deliciosa, su gente amable y paisajes que nos llevamos en el alma.
Los pasteles de Belém: ¿Qué comprar en Lisboa si eres muy goloso?
Hablar de los pasteles de Belém es sumergirse en uno de los tesoros más dulces y emblemáticos de la repostería portuguesa. Aunque hoy los pastéis de nata se encuentran en todo el país (y el mundo), los Pastéis de Belém son los originales, los auténticos, con receta secreta custodiada con celo desde el siglo XIX.
En mi familia no tomamos azúcar casi nunca así que no es un tema que nos interesase mucho, pero no puedo dejar de hablar de ellos si quiero mencionar cosas imprescindibles de la visita a Lisboa.

Origen de los Pastéis de Belém
Todo comienza en el barrio lisboeta de Belém, junto al Monasterio de los Jerónimos. En el siglo XIX, tras la Revolución Liberal de 1820, muchos conventos y monasterios fueron cerrados y sus religiosos expulsados. Para subsistir, algunos monjes del Monasterio de los Jerónimos comenzaron a vender unos pequeños pasteles hechos con yema de huevo y masa hojaldrada a un obrador cercano, anexo a una refinería de azúcar.
En 1837, ese obrador se convirtió en la Antiga Confeitaria de Belém, que aún hoy sigue en funcionamiento, produciendo a diario miles de pasteles. Desde entonces, la receta original, llamada «Pastéis de Belém», ha sido transmitida en secreto y solo la conocen tres personas dentro de la empresa. Los pasteles que se elaboran fuera de ese obrador, aunque muy similares, reciben el nombre de pastéis de nata.
¿Qué hace únicos a los Pastéis de Belém?
- Receta secreta: La fórmula exacta está protegida con absoluto hermetismo. Incluso los obradores modernos no logran reproducir exactamente su textura ni su sabor.
- Masa hojaldrada y crujiente: Se hace artesanalmente, muy fina y en capas, formando una especie de tulipa que acoge la crema.
- Crema suave y brillante: Hecha con yemas de huevo, leche, azúcar y un toque de limón o canela (según versiones). Tiene un equilibrio perfecto entre dulzura, textura y aroma.
- Servidos calientes: Lo tradicional es comerlos recién hechos, espolvoreados con azúcar glas y canela. La experiencia no es la misma si están fríos.
Visitar la fábrica en Belém
Ir a Lisboa y no pasar por la Rua de Belém, nº 84-92 es casi un sacrilegio gastronómico. La Confeitaria de Belém aún hoy hornea los pasteles in situ, y en ciertos momentos se forman colas de turistas y locales esperando para llevarse una caja (o varias). El interior del local es amplio y decorado con los clásicos azulejos portugueses, y desde algunas salas se puede entrever el obrador.
¿Cuál es la diferencia con los pastéis de nata que se encuentran en otros lugares?
Aunque a simple vista parezcan iguales, quienes han probado ambos suelen coincidir:
- Los Pastéis de Belém tienen una masa más delicada y aireada.
- La crema tiene un punto menos dulce y más aroma de yema fresca.
- Se sirven siempre recién hechos.
- Y, sobre todo, tienen el encanto de la historia y el secreto.
Una comparativa entre Madrid y Lisboa en cuanto a tamaño y número de habitantes

1. Población:
Madrid (ciudad):
Aproximadamente 3,3 millones de habitantes.
Si se cuenta toda el área metropolitana, se superan los 6,8 millones.
Lisboa (ciudad):
Aproximadamente 545.000 habitantes.
Su área metropolitana llega a cerca de 2,9 millones.
2. Superficie:
Madrid (ciudad):
Tiene una superficie de 604,3 km².
Lisboa (ciudad):
Mucho más pequeña en extensión, con 100,05 km².
3. Densidad de población:
Madrid:
Cerca de 5.460 hab./km².
Lisboa:
Aproximadamente 5.400 hab./km², muy similar en densidad, aunque más concentrada.
Conclusión:
Madrid es considerablemente más grande tanto en población como en superficie. Lisboa, en cambio, aunque más pequeña, conserva una densidad urbana muy similar, lo que la convierte en una ciudad también vibrante pero más recogida. Ambas son capitales con mucho encanto, pero con escalas muy distintas.
Día 4: Nazaré, despedida y promesa de volver
El último día de nuestro viaje lo reservamos para visitar Nazaré, esa localidad costera que tantas veces hemos visto en imágenes por sus olas gigantes, sus vistas desde lo alto del acantilado y su encanto tradicional.
Nos dividimos en dos coches: mis dos hijos pequeños, mi marido y yo rumbo a A Coruña, y mi hija mayor con su novio Adrián de regreso hacia Madrid. Pero antes de separarnos decidimos hacer una última parada juntos en la playa de Nazaré, con la intención de subir al acantilado para ver la ciudad desde las alturas.
El tiempo no acompañaba demasiado. Chubascos intermitentes, cielo gris y algo de viento nos acompañaron en nuestro paseo por el paseo marítimo. Mis hijos, prácticos, no quisieron subir andando, así que acabamos optando por subir en coche. Pero Nazaré, incluso con mal tiempo, estaba muy concurrida, y no conseguimos encontrar sitio para aparcar.
Además, el reloj apretaba: todos teníamos por delante varias horas de viaje, así que dimos por finalizada la escapada con un sabor agridulce, con esa sensación de haber dejado algo pendiente, pero también con la promesa —entre nosotros, casi solemne— de volver a Nazaré algún día para completar ese propósito que quedó en pausa.
Ruta a Pie por Nazaré
Duración estimada: 2h30 – 3h30
Distancia total: 4 – 5 km
Una ruta sencilla, con vistas espectaculares, perfecta para disfrutar de Nazaré a tu ritmo.
1. Inicio: Praia da Nazaré
Empieza el recorrido en el paseo marítimo. Camina junto a la playa y disfruta del ambiente marinero, las barcas tradicionales y las fachadas blancas. Puedes tomar un café en alguna terraza con vistas al mar.
2. Subida al Sitio de Nazaré
Tienes dos opciones:
- Funicular da Nazaré: rápido, cómodo y con vistas.
- A pie: por escaleras o la antigua carretera. Una subida corta pero con encanto.
3. Mirador do Suberco
Desde aquí se ve toda la playa, el océano y el pueblo a tus pies. Es uno de los miradores más bonitos de la costa portuguesa. Ideal para hacer fotos y detenerse un rato a contemplar el paisaje.
4. Santuario de Nossa Senhora da Nazaré
Muy cerca del mirador. Es un templo barroco lleno de historia y devoción, especialmente entre pescadores. El interior está decorado con azulejos y detalles dorados.
5. Ermita da Memória
Una capilla pequeña con una gran leyenda: la Virgen salvó aquí al caballero Dom Fuas Roupinho de caer por el acantilado. Tiene una cripta muy curiosa y simbólica.
6. Paseo hasta el Forte de São Miguel Arcanjo
Desde el Sitio, camina unos 15 minutos por un sendero junto al acantilado hasta llegar al fuerte. Desde allí se ven las famosas olas gigantes de Nazaré (en temporada). El lugar impresiona por su fuerza y vistas infinitas.
7. Regreso al pueblo
Puedes volver al pueblo en funicular o a pie. Finaliza el paseo con una bebida o una cena ligera frente al mar, disfrutando del ambiente relajado de Nazaré.
Consejos prácticos
- Lleva calzado cómodo (hay cuestas y suelos empedrados).
- Ideal para hacer en una mañana o una tarde.
- Hay baños públicos tanto en la zona baja como en el Sitio.
- Si hay niebla, el fuerte puede tener menos visibilidad, pero sigue siendo un paseo bonito.
Despedida y promesa de volver
El viaje de vuelta fue tranquilo para ambos coches, y aún nos quedó tiempo para descansar en casa antes de retomar la rutina laboral.
Fue una escapada que nos reconectó como familia, disfrutamos de la buena comida portuguesa, del paisaje, de momentos de risa y otros más contemplativos. Portugal nunca falla, y lo mejor del viaje no fue el destino, sino el hecho de vivirlo todos juntos.
